El punto de partida para poder reflexionar sobre el aprendizaje llevado a cabo durante el primer semestre en el curso de Conceptos Fundamentales en Didáctica de L2 ha sido el mapa conceptual elaborado para la tarea final de la asignatura:
He
decidido seleccionar esa muestra, porque considero que refleja una panorámica
de los conceptos-clave que se han presentado a lo largo del curso, enseñando
así las etapas de los aprendizajes más significativos. Permaneciendo la
didáctica de lenguas extranjeras, en nuestro caso específico de ELE, foco
principal de la asignatura, lo que intenta mostrar es cómo la enseñanza de
idiomas ha cambiado a lo largo del tiempo. Concretamente, es posible observar
un desarrollo cronológico de aproximaciones metodológicas, de características
de la docencia, de teorías de aprendizaje y de conceptos sobre la naturaleza de
la lengua.
Después
del papel que desempeñó el latín, antes como lengua viva, esto es, como modelo
de referencia predominante (hasta el siglo XVI) y luego, convirtiéndose en
lengua muerta y quedándose sólo como modelo para el estudio de lenguas
extranjeras (siglos XVII-XVIII), es posible notar que, durante estos siglos y
hasta el XIX, el aprendizaje mantuvo un carácter prevalentemente memorístico. Efectivamente,
hasta que no se hallan los primeros cambios, el aprendizaje de L2 se basaba
sobre todo en la adquisición de reglas gramaticales introducidas en enunciados
descontextualizados y transmitidas inductivamente, en listas de vocabulario
L1-L2 y en la traducción de oraciones desde la L2 hacia la L1. De hecho, era
este último el idioma de referencia en la dinámica de enseñanza-aprendizaje en
el aula (método gramática-traducción).
Acercarnos,
al principio del curso, a las manifestaciones que la realidad de la enseñanza
tuvo en el pasado, ha sido una etapa fundamental para poder entender todos sus
desarrollos posteriores y, tal vez, el papel que desempeña en la actualidad. De
hecho, fue a partir de finales del siglo XIX para luego desarrollarse durante
el siglo XX, que se hallan las primeras innovaciones en la enseñanza de lenguas
extranjeras, debido al hecho de que, naciendo la necesidad de aprenderlas por
razones sociales, políticas y económicas, se empezó a considerar su uso
efectivo para poder actuar en contextos reales. Esto implicó que el
conocimiento de la gramática se empezara a transmitir inductivamente, que las
oraciones descontextualizadas se convirtieran en frases y expresiones
idiomáticas introducidas en textos enteros, relatos y diálogos naturales y que
la L1 perdió su centro, dejando paso al protagonismo de la L2.
Es posible así notar cómo el sistema lengua
empezó a ser conceptualizado desde otra perspectiva y cómo conceptos aparecidos
en la segunda mitad del siglo XX tomaron pie, afectando considerablemente el
aula de lenguas extranjeras. Efectivamente, el
concebir la lengua como medio para
actuar en contextos reales y el centrarse así en su uso real ha sido la base
para responder a la necesidad de dotar al aprendizaje de L2 de un diseño más
concreto. De ahí que nacieran y se desarrollaran documentos oficiales, aptos a
marcar parámetros de referencia a nivel internacional. Señalando los más
relevantes, cabe destacar que, fue en el año 1979 que con el Nivel Umbral (B1) se perfila una cota,
general y aproximativa, para el logro de la adquisición de una L2 y su
propósito era el de fijar los primeros objetivos de aprendizaje, aunque carecía
de una división de niveles específicos. En efecto, fue con el Marco Común
Europeo de Referencia (MCER) que, adoptando una aproximación basada en la
acción, se establecen parámetros para diferentes niveles de aprendizaje.
Asimismo, se ha reflexionado también sobre la relevancia de unos conceptos discursivos en la didáctica de L2. Definiendo el lenguaje como sistema semiótico y entrando así también en su aspecto no verbal, se ha puesto de manifiesto la importancia que el mismo tiene en un contexto académico, presentando sus funciones y la influencia que, tanto el contexto como los interlocutores, tienen en una interacción, permaneciendo el aula la realidad de referencia.
Asimismo, se ha reflexionado también sobre la relevancia de unos conceptos discursivos en la didáctica de L2. Definiendo el lenguaje como sistema semiótico y entrando así también en su aspecto no verbal, se ha puesto de manifiesto la importancia que el mismo tiene en un contexto académico, presentando sus funciones y la influencia que, tanto el contexto como los interlocutores, tienen en una interacción, permaneciendo el aula la realidad de referencia.
Si
bien los conceptos que aborda la muestra han sido asimilados a lo largo del
curso, los feedbacks recibidos por
parte del docente sobre la elaboración del mapa me han permitido interiorizar
un aprendizaje aún más significativo: a pesar de que los tres esquemas han sido
realizados por separados, de acuerdo con los tres bloques principales de la
asignatura, en realidad se entrelazan de manera imprescindible y todos
pretender llegar a la misma conclusión. Efectivamente, siempre permaneciendo el
foco la didáctica de L2, tras la presentación de una visión diacrónica de ella
antes y de una visión comunicativa de ella hoy, se intenta presentar los que
han sido, a lo largo del tiempo, los antecedentes de la que
conocemos como competencia comunicativa.
De hecho, esta última es la protagonista de la concepción de la enseñanza como comunicación, así pues, de enseñanza
como interacción discursiva en el
aula.
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