La nueva
asignatura de Las TIC en la Didáctica de
ELE de este segundo semestre prevé, en paralelo con el plan del curso, el
uso aplicado de las TIC en un proyecto de telecolaboración con la Universidad
de Islandia: se trata de un intercambio virtual, llevado a cabo a través de los
recursos que la tecnología ofrece, dirigido tanto por nuestros docentes Joan-Tomàs
y Olivia como por la profesora Pilar, en activo en la universidad islandesa. El
proyecto, que está diseñado para desarrollarse a lo largo del curso, ve
protagonistas los estudiantes de la Universidad de Barcelona y los de la
Universidad de Islandia y requiere su implicación constante e interactiva.
Dicha colaboración se concreta en una serie de tareas pensadas para realizarse
a través de medios tecnológicos que prevén, por un lado, la participación de
los estudiantes del Máster FPELE en el papel de docentes y, por el otro, la de
los de la Universidad de Islandia en el papel de aprendices de español como L2.
Un proyecto
definitivamente novedoso que une dos realidades: la de la Tecnología de la Información
y de la Comunicación a la de la enseñanza. Efectivamente, si, por un lado, nos
permite descubrir, conocer y emplear una serie de recursos tecnológicos, por el
otro, nos ofrece también la posibilidad de aplicarlos en un contexto concreto y
específico que es, en nuestro caso, el de la enseñanza de ELE. Se obtiene así como
resultado una especie de práctica docente
sin duda original y diferente a la que puede ofrecer un espacio definido en el
que estén físicamente presentes los alumnos, como es el del aula.
Tras haber formado
parejas (excepción hecha por mi caso, que colaboro con mi compañera Marta
Cárdenas, a cada estudiante de la UB le correspondía uno de la HI), como
primera aproximación al proyecto, nos pidieron que realizáramos una
videollamada por Hangouts o Skype con nuestros islandeses, con el fin de
establecer un primer contacto.
Nuestra
islandesa se llama Hanna Alexandra, tiene 24 años y está cursando el segundo
semestre del primer año de la carrera de “Idiomas“ de la Universidad de
Islandia. Desde el primer contacto, me pareció estar, como mi compañera Marta y
yo, ilusionada con este proyecto. Además, percibí que está muy interesada en el
español. Empezó a aprenderlo simplemente hablándolo en un país hispanohablante
y en el entorno laboral en el que allí se vio involucrada y sólo más tarde continuó
a desarrollarlo en un contexto académico. De hecho, estuvo viajando por el sur
de América y vivió en México durante un año. Asimismo, hay que tener en cuenta
que tiene un novio mexicano que vive con ella en Islandia y que, por tanto, mantiene
el nivel C1 que ya ha alcanzado, practicándolo de manera constante con él y
trabajando como guía turística de vez en cuando.
Por todo lo
dicho, la vi muy implicada y motivada en colaborar juntas en este proyecto. Al
tener un nivel muy alto del idioma, con respecto a las necesidades que mi
compañera Marta y yo hemos intentado detectar, Hanna nos comentó que le
gustaría mejorar el aspecto formal de la lengua y conocer las razones que
residen en las reglas gramaticales españolas. De hecho, considera que el tratar
de Usted o el dirigirse a personas usando
un registro formal en las situaciones que lo requieren, le cuesta un poco por
haber aprendido el idioma en contextos definitivamente más informales.
En conclusión,
me pareció una chica tranquila, simpática e interesada en lo que estamos
haciendo. Estoy segura de que las tres podemos trabajar bien juntas en este
proyecto, ya que me pareció una manera definitivamente llamativa para poder,
cada una, sacar de ello sus beneficios.
Comentarios
Publicar un comentario